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VILLEL DE MESA: VILLEL DE MESA...

VILLEL DE MESA

CRÓNICA EN EL DIARIO DE NUEVA ALCARRIA, viernes, 15 de julio de 2005 pág. 28.

270 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE LA MARQUESA DE VILLEL.

RAFAELA GAONA TORTOCARRERO MURIÓ UN 7 DE JULIO DE 1776.

La localidad homenajeó, como cada 7 de julio a una de las marquesas de Villel, con una misa en su honor y oraciones. La marquesa Gaona murió sola, la distancia la privó de su marido e hijos en esos momentos. Tras su muerte, su casa-palacio de Villel se cerró y entró en ruina, hoy está restaurada y rehabilitada, por los herederos de + Agapito Medina.

Así se escribe la historia y así la leemos desde hace 239 años por MANUEL ZAFRA ARAGÓN:

"En la villa de Villel, día siete de julio de mil setecientos sesenta y seis, falleció doña RAFAELA GAONA PORTOCARRERO, marquesa que fue de Villel y condesa de la Vega del Pozo, habiendo recibido los santos sacramentos de la Penitencia, Eucaristía y Extremaunción".

Hizo su testamento ante José Bonifacio Puertas, escribano de número de esta villa. Y fue en la forma siguiente:

"Primero, que su cuerpo fuese sepultado en esta iglesia, en la sepultura más inmediata a María Santísima del Rosario y con su oficio de entierro y misa de cuerpo presente, con la asitencia de todos los sacerdotes de los lugares circunvecinos, al que asistieron veintiséis y celebraron por su alma, a los que se dio la limosna de veinte reales a cada uno. Y que se asistiesen a veinticuatro pobres, con luces encendidas, al lado de su cuerpo y se dieses a cada uno cuatro reales de limosna. Y que aquel día se repartieron cuarenta reales de limosna a todos los pobres que concurrieron".

Doña Rafaela mandó que se celebrasesn tres oficios mayores, con misa de tres y una novena cantada, diariamente, en el año de su fallecimiento, un responso cantado sobre su sepultura y que se le eche rogativa en todos los domingos del año y se pague lo acostumbrado.

Por otro lado, la marquesa explicó en su testamento que ardiese sobre su sepultura, todo el año de su fallecimiento, dos blandones y luces. Y que ardan en el altar de Nuestra Señora del Rosario dos luces todos los días de fiesta. Además de éstas misivas, ordenó que dos arrobas de aceite ardiesen en la lámpara de San Antonio de Padua. Y también que se celebren dos novenas de misas en el convento de la Correa, de la ciudad de Catalayud; una en el altar de SAan Agustín y otra en el de Santa Rita. Y que se pague lo acostumbrado.

A los sacerdotes le dejó el legado de celebrar misas rezadas, cincuenta, en el altar de Nuestra Señora del Rosario y una limosna de tres reales. También ordenó la celebración de mil quininetas misas por su alma, a voluntad de los testamentarios, sacando antes la cuarta funeral, que corresponde al señor cura de esta parroquia. Y por último, dejo mandado que se funden en el convento de las Capuchinas de la ciudad de Calatayud, cuatro misas anuales perpetuamente en los días de Nuestra Señora del Rosario, San José, San Rafael y San Antonio de Padua.