VILLEL DE MESA
CRÓNICA EN EL DIARO DE NUEVA ALCARRIA, viernes 6 de julio 2001. Pág. 26
EN RECUERDO DE ANDRÉS BERRUECO, EL <TÍO SACRISTÁN>
En esta crónica queremos hoy traer al recuerdo el nombre y la figura del que fue último sacristán de Villel, llamado Andres Berrueco Renales, al que todo el pueblo conocía por el <<tío Sacristán>>, o el tío Andrés <<El Sacristán>>.
Para los que vivimos o nacimos en esta tierra, no hay mayor homenaje para una persona difunta que hacerla presente, con el mejor recuerdo y una oración.
Al tío Sacristán que dejó sus servicios por edad, nadie le sustituyó en esta tarea, por aquellos años 60 del siglo XX; las campanas de la torre y el campanillo (leer crónica, 15/07/2005), le conocieron muy bien.
Por la mañana, al amanecer hacía el primer toque, le seguía cuando tocaba a misa, el toque de Ángeles a las doce, el toque del rosario y por último el llamado el de la oración. Y en los días festivos, el especial repique de campanas por dos veces consecutivos y como final sonaba el campanillo, antes de la celebración de la Eucaristía.
Pero aún hay más toques de campanas, cuando anuncian que ha fallecido un hijo de Villel, ese sonido que entristece, tanto si era de niño o mayor, llamado los clamores. También cuando había un fuego, las campanas tienen un sonido especial.
Las campanas de la torre de la iglesia de Villel, como las de todos los pueblos de Castilla-La Mancha, nos hacen sentir la llamada de algo significativo que su toque representa.
El tío Andrés <<El Sacristán>> tenía una especial cultura musical, y de ello podría hablar, si pudiera, el organo de la parroquia. Pero el órgano no habla porque esta triste y mudo. Cuando el tío Andrés vivia, el órgano tambien vivía porque sus trompetas, sonaban en todas las festividades principales y cada tercer domingo de mes; pero cuando dejó de ser sacristán el órgano dejó de sonar...
El tío Andrés cantaba en latín, el miserere, en los funerales y en las misas, rezaba el rosario en ausencia del sacerdote.
A todos nos es conocido el significado de la palabra sacristán; el que en las iglesias ayuda al sacerdote en el servicio del altar y cuida de los ornamentos de la limpieza y aseo de la iglesia y sacristía.
También es una antigua dignidad eclesiástica encargada de la custodia y guarda de los vasos, vestiduras y libros sagrados, y de la vigilancia de todos los dependientes de la sacristía. Aún se conserva hoy en algunas catedrales.
De todo ello, el buen hacer del tío Sacristán, nos ha dejado un grato recuerdo sobre todo a cuantos estuvimos a su lado siendo monaguillos y ahora de mayores le hacemos presente, como asimismo a los sacristanes de la iglesia del Valle del Mesa, Algar y Mochales.
CRÓNICA EN EL DIARO DE NUEVA ALCARRIA, viernes 6 de julio 2001. Pág. 26
EN RECUERDO DE ANDRÉS BERRUECO, EL <TÍO SACRISTÁN>
En esta crónica queremos hoy traer al recuerdo el nombre y la figura del que fue último sacristán de Villel, llamado Andres Berrueco Renales, al que todo el pueblo conocía por el <<tío Sacristán>>, o el tío Andrés <<El Sacristán>>.
Para los que vivimos o nacimos en esta tierra, no hay mayor homenaje para una persona difunta que hacerla presente, con el mejor recuerdo y una oración.
Al tío Sacristán que dejó sus servicios por edad, nadie le sustituyó en esta tarea, por aquellos años 60 del siglo XX; las campanas de la torre y el campanillo (leer crónica, 15/07/2005), le conocieron muy bien.
Por la mañana, al amanecer hacía el primer toque, le seguía cuando tocaba a misa, el toque de Ángeles a las doce, el toque del rosario y por último el llamado el de la oración. Y en los días festivos, el especial repique de campanas por dos veces consecutivos y como final sonaba el campanillo, antes de la celebración de la Eucaristía.
Pero aún hay más toques de campanas, cuando anuncian que ha fallecido un hijo de Villel, ese sonido que entristece, tanto si era de niño o mayor, llamado los clamores. También cuando había un fuego, las campanas tienen un sonido especial.
Las campanas de la torre de la iglesia de Villel, como las de todos los pueblos de Castilla-La Mancha, nos hacen sentir la llamada de algo significativo que su toque representa.
El tío Andrés <<El Sacristán>> tenía una especial cultura musical, y de ello podría hablar, si pudiera, el organo de la parroquia. Pero el órgano no habla porque esta triste y mudo. Cuando el tío Andrés vivia, el órgano tambien vivía porque sus trompetas, sonaban en todas las festividades principales y cada tercer domingo de mes; pero cuando dejó de ser sacristán el órgano dejó de sonar...
El tío Andrés cantaba en latín, el miserere, en los funerales y en las misas, rezaba el rosario en ausencia del sacerdote.
A todos nos es conocido el significado de la palabra sacristán; el que en las iglesias ayuda al sacerdote en el servicio del altar y cuida de los ornamentos de la limpieza y aseo de la iglesia y sacristía.
También es una antigua dignidad eclesiástica encargada de la custodia y guarda de los vasos, vestiduras y libros sagrados, y de la vigilancia de todos los dependientes de la sacristía. Aún se conserva hoy en algunas catedrales.
De todo ello, el buen hacer del tío Sacristán, nos ha dejado un grato recuerdo sobre todo a cuantos estuvimos a su lado siendo monaguillos y ahora de mayores le hacemos presente, como asimismo a los sacristanes de la iglesia del Valle del Mesa, Algar y Mochales.