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VILLEL DE MESA: VILLEL DE MESA...

VILLEL DE MESA

CRÓNICA EN EL DIARIO DE NUEVA ALCARRIA, viernes, 7 de julio de 2006, pág. 39.

LOS OLVIDADOS PALOMARES DE CASTILLA.

EN VILLEL DE MESA, PODEMOS VISITARLOS SIGUIENDO EL CAMINO QUE NOS LLEVA AL LUGAR DENOMINADO LA PERONA.

LOS DOS PALOMARES DE NUETRO PUEBLO DE VILLEL DE MESA SE CARACTERIZAN POR UNOS ÚNICOS MUROS EXTERIORES DISPONIÉDOSE EN SUS CARAS INTERNAS LOS NICHOS DE ADOBE O TAPITAL DONDE NIDIFICAN LAS AVES.

ACTUALMENTE AÚN SIGUEN ANICANDO EN EL CAMPARIO DE LA IGLESIA DE NTRA. SEÑORA DE LA ASUNCIÓN EN EL CASTILLO.

MUERTE EN UN PALOMAR DEL SIGLO XVI, EL CLERIGO DE VILLEL JUAN SEBASTIAN.

Un ejemplo de arquitectura popular que forma parte de la historia de nuestros pueblos y que todavía se conserva.

Cantados por poetas y escritores que ha visto en la decreptitud de sus cubiertas y las grietas de sus tapiales un vivo reflejo de la decandencia de estas tierras cstellanas-aragonesas, el palomar es una construcción de sumo interés.

Parecen concordar los autores en que su procedencia se haya en Roma, de donde fueron introducidos a nuestras tierras. La cría de palomas, es una actividad conocida desde la antigüedad en los territorios de la cuenca Mediterranea, ya egipcios y griegos la practicaron.

Siempre ha estado unido a la riqueza, a la nobleza e hidalguía como signo de posesión. El mismo Lazarillo tuvo que escccuhar cómo uno de sus amos, aquel hidalgo pobre, le confesaba en un alarde de sinceridad que no era tan pobre que no tuviera allá en su tierra, "... un palomar, que a no estar derribado como está, daría cada año más de doscientos palominos".

Ello explica la legislación emitida por
Enrique IV en 1465 y por los Reyes Católicos en 1484, fruto sin dudda, de los conflitos que generaban los daños ocasionados por las aves en los cultivos de escasa productividd; así lo expresaba la ley dada en Medina del Campo en 1484 por Fernando e Isabel: " Y muchas personas injustamente e individualmente, tiran con la ballesta a las palomas de los dichos palomares, y las matan, así con las dichas ballestas como redes, cebaderos y otros armadijos que para ello hacen, con lo cual los dueños de dichos palomares ya han recibido y reciben mucho agravio y daño.".

El "palomar" como edificación especifica y aisalada, se construyen a las afueras del pueblo, ni tan cerca que las palomas, de suyo huidas, sean espantadas por las gentes vecinas, ni tan lejos que sean presa fácil de labrones y cazadores furtivos que operen a sus anchas de espaldas al dueño. En Villel de Mesa, podemos visitarlos siguiendo el camino que nos lleva al lugar denominado La Perona.

Están edificados de adobe y tapial, como podemos obsevar, aún con cara vista y otro en el mismo luegar recubierto con cal. Los dos ejemplares de nuestro pueblo de Villel de Mesa, se caracterizan por unos únicos muros exteriores disponiéndose en su caras internas los nichos de adobe o tapital donde nidificaban las aves. Actualmente aún siguen anidando en el campanario de la iglesia de Nutras. Sra. de la Asunción y en el castillo.

Se conservan algunos estribillos que nos recuerdan con singularidad a quien correspondían principalmente estos palomares. "En el pasado todos fueron señal de cierta o singular principalía, hasta tal punto de hidalgos de geto y apariencia aireaban su presunta posesión con parte un patrimonio que fue rico".

"Casi ninguno albera hoy presencia de aplomas. Muchos luchan abiertamente para que no se derrumbe el techo. Todos recuerdan aquellos felices de tráfico de alas y zureos, cuando una campanada despertaban gran revuelo de plumas." Antes y ahora aún es lugar preferido, los campanarios pra estos nidos, como podemos contemplar en Villel de Mesa.

Los palomares.
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Los palomares son un ejemplo de arquitectura popular y presentan una seria de características constructivas muy interesantes, vinculados a los pueblos, son una vivienda de paloma, edificada de manera más adecuada para la cría. Algunos palomares fueron torres defensivas encubiertas en los difíciles momentos mediavales.

En Aragón, la cría de palomares no llegó a construir un oficio, como sí fue en Castilla, donde el palomero se dedicaba a cuidar, mantener y explotar el palomar para fines comerciales. Únicamente autoabastecía de alimento y abono a la propia familia, aunque en ocasiones la venta de palomina, muy coticada, como aún podría selor ahora si se explotase más industrialmene, constituía un dinero añadido a la economía familiar.

Las gastronomía aragonesa conoce también varias recetas para elaborar la carne de los pichones, no hay noticias del consumo de los huevos de las palomas muy pequeños y escasos en cada puesta, solo dos.

Por otra parte, y entrando ya en los medios aspectos inmateriales de la Etnología, creencias simbolismos, lenguaje y literatura oral. Hay que mencionar la inclusión y simbolismo de la palabra "paloma" símil de bondad y candor, tal como aparece en algunas coplas y refranes y la identificación con el Espíritu Santo, como nos ha trasmitido la iconografía cristiana mediaval, románica y gótica. Así como Mensajera de la Paz y el final del diluvio y muy especialmente su icono en la pila bautismal de las Ilgesias, como puede apreciarse en la parroquia de Villel de Mesa.

A estos apartados de la Etmología que convergen en los palomares, hay que añadir otros no menos importantes, como es la herencia histórica que implican. Como actividad documentada desde la Antigüedad. Extendida en la Edad Media y continuada hasta nuestros días; aunque en la segunda mitad del siglo XX haya decaido arruinándose palomares, a la par que el abandono del campo avanzaba y la modernización la cría de los pichones y hacía incómodo el aprovechamiento de la palomina.

La arqueología no puede pasar por alto la similitud física y estética, entre la solución constructiva y de ahorro especial, que suponen los columbarios romanos, sepulturas colectivas de incineración en nichos, en los que se albergan las urnas, ollas o cerámicas funerarias conteniendo las cenizas del difunto y los interiores de los palomares, de paredes horadadas en una solución de nidales de distintas formas.

Será en la Edad Media, cuando los palomares se definan y adopten esa forma constructiva que recuerda las torres defensivas, se vinculen al derecho feudal como una propiedad más del señor, como eran los campesinos explotaban, pasando un impuesto a su señor. Del mimso modo existían también unos derechos reglamentarios y unos impuestos para la caza de las palomas.

En la Edad Moderna, especialmente en los siglos XVII, XVIII, y comienzos de la Edad Contemporánea, se afianzaron las bases constructivas y tipológicas de los palomares.

Fruto de esta presencia histórica de los palomares y la cría de palomas en el ámbito mediterráneo, es la abundancia actual de estos, en numerosos países de europa, en España destacan, León, Galicia, Guadalajara y concretamente en los palomares de la Capital del Valle del Mesa, Villel de Mesa. Ahora aún anidan en el campario y en castillo y en algunos tejados.

MUERTE EN UN PALOMAR DEL SIGLO XVI.

Antes de finalizar, quisiéramos hacer peresente en nuestro recuerdo a Juan Sebastián, clérigo y habitante en Villel de Mesa, que falleció en su palomar por la descarga de un rayo. En las crónicas de Manuel Zafra Aragón, en su pág. 17, dice lo siguiente:

"22 de Septiembre de 1557" durante la tormenta de ayer un rayo mató a un clérigo. Tenía un palomar en Algar. Dedicaba al cuiddo de sus palomas la mayor parte de su tiempo libre. No solo se reproducían, sino que, ademas atraían a otras silvestres y dómesticas. Así el clérigo Juan Sebastián podía, de vez cuando, degustar los sabrosos pichones estofados que le hacía su ama."

"Ayer hizo bastante calor. A mediodía se empezaron a formar nubes de tormenta. Juan Sebastian no le dio importancia. Bajó hacía Algar. Cuando empezó la lluvia se refugió en su palomar. Un rayo lo mató, su alma voló con las palomas pero llegó mucho mas lejos: subió al cielo. No cabe duda, era un hombre bueno. Su partida de defunción dice así: En 21 de septiembre (de 1557) falleció Juan Sebastián, clérigo y habitante de Villel, de un rayo que le dio estando en su palomar que tenia en una huerta en el lugar de Algar. No se halló quien lo viese. Hizo tetamento, Cantose por su alma, en esta iglesia, una novena. Hízose un oficio en (el) que se juntaron los cofrades el cabildo de la Asunción de Nuestra Señora de villel (que son 24 clérigos y otros deudos y comarcanos. Y celebraron por su alma. Enterrose en esta iglesia. Tiene dote, su sepultura nueve rales. Hízose su "cabo de año" con una doce de clérigos. Ita est. Firmado: Andrés Álvaro.