VILLEL DE MESA
CRÓNICA LOCAL DE LA CAPITAL DEL VALLE DEL MESA, Sepiembre 2008.
LAS FIESTAS DEL MES DE SEPTIEMBRE, ESTAN DEDICADAS A LAS IMAGENES DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES Y DE JESÚS NAZARENO.
Tradicionalmente se celebran el tercer domingo de septiembre.
Quedan escritos los buenos recuerdos de estas fiestas que se han venido celebrado desde el siglo XVI, y que tradicionalmente han seguido depositando su fe en todas las generaciones.
Algunas, refiriendonos a los años 40 al 50 del siglo XX, se prolongaron durante toda la semana, acompañados de la banda de música de Manuelda. Fueron momentos históricos que el pueblo necesitaba alegría, para olvidar los años de tristeza y de dolor. Fueron las madres quienes no dejaron llorar por sus hijos fallecidos en los años 36-39, del mismo siglo, fueron los padres que a fuerza del peso de aquellos años tubieron que seguir trabajando la tierra de estos lugares sin esperar el fruto de sus hijos. Las fiestas eran la manifiestación de unión de los habitantes del Valle de esta capital del Mesa. Una cruz de madera figura en el pórtico de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, y en el interior de sus brazos se ocultan los nombres de aquellos que se adelantaron al lugar que el señor a todos nos tiene reservado. Ahora en este mismo lugar, la vispera de la fiesta <sábado>, se reparten las flores para hacer la ofrenda a la Virgen, y en cada flor va unido nuestro recuerdo, por todos aquellos que no pueden hacerlo y desde el cielo nos lo agradecen.
Son las fiestas, que con gran fuerza e ilusión el pueblo vive y celebra. Es la Asociación, Hermanos de la Virgen de los Dolores, que ha puesto todo su esfuerzo. Son las damas de Honor que acompañan a la Reina de las fiestas, vestidas con los trajes tipicos, los mimos que nuestras abuelas lucian en los dias de gala.
Son las ofrendas que se hace en los días de fiesta, con los productos de la tierra y que presentan, en las cestas revestidas, las Hermanas de la Asociación. Es el Alcalde y su corporación que asisten en los primeros bancos en la iglesia y presiden las procesiones. Es el Excmo. Ayuntamiento que hacee participe a todos en la comida de hermandad y en el refresco de los dos días. Primer día dedicado a la Vigen de los Dolores, segundo a Jesús Nazareno y tercero, en recuerdo en la misa a todos los difuntos y son las imagenes que son llevadas en andas en las procesiones y en la subasta de los banzos apuestan aquellos que durante el año han hecho sus promesas.
Las charangas despieretan por la mañana al ruido de las sonoras, trompetas y tambores, y las horas alegres van pasando hasta sentir de nuevo el pasacalles uniendose al redoble de las campanas que acompañan a las auoridades y Reina de las fiestas, hasta la puerta de la iglesia. Canciones y sermones y hasta alguna abanera completan los actos litúrgicos. Son los faroles, que la Asociación ha restaurado, para iluminar las calles y plazas de aquella oscura noche del domingo que hasta la Salve, en la plaza, se canta.
Aquella novena que llena el templo de feligreses, aquellas tardes en las que van llegando de la ciudades, los que un día se marcharon en busca de un provenir, ahora vuelven a ofrecer a la Virgen una flor acompañada de una oración y en muchas ocaciones, regadas con las lagrimas de aquel recuerdo lleno del pasado.
Son las mesas familiares las que llenan el comedor, con los guisos de las abuelas y con el buen vino en el porrón. Son los recuerdos que acompañan, a veces, girando la vista a las fotografías, sin palabras, pero eschando en el silencio aquellos consejos, aquellas miradas y aquellos gestos que tantas veces nos abrazaban. Seremos nosotros recordados cuando pasen los años. Seran nuestros nietos o biznietos que repetiran nuestras tradiciones, heredaran nuestra fe y seguiran celebrando las fiestas.
CRÓNICA LOCAL DE LA CAPITAL DEL VALLE DEL MESA, Sepiembre 2008.
LAS FIESTAS DEL MES DE SEPTIEMBRE, ESTAN DEDICADAS A LAS IMAGENES DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES Y DE JESÚS NAZARENO.
Tradicionalmente se celebran el tercer domingo de septiembre.
Quedan escritos los buenos recuerdos de estas fiestas que se han venido celebrado desde el siglo XVI, y que tradicionalmente han seguido depositando su fe en todas las generaciones.
Algunas, refiriendonos a los años 40 al 50 del siglo XX, se prolongaron durante toda la semana, acompañados de la banda de música de Manuelda. Fueron momentos históricos que el pueblo necesitaba alegría, para olvidar los años de tristeza y de dolor. Fueron las madres quienes no dejaron llorar por sus hijos fallecidos en los años 36-39, del mismo siglo, fueron los padres que a fuerza del peso de aquellos años tubieron que seguir trabajando la tierra de estos lugares sin esperar el fruto de sus hijos. Las fiestas eran la manifiestación de unión de los habitantes del Valle de esta capital del Mesa. Una cruz de madera figura en el pórtico de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, y en el interior de sus brazos se ocultan los nombres de aquellos que se adelantaron al lugar que el señor a todos nos tiene reservado. Ahora en este mismo lugar, la vispera de la fiesta <sábado>, se reparten las flores para hacer la ofrenda a la Virgen, y en cada flor va unido nuestro recuerdo, por todos aquellos que no pueden hacerlo y desde el cielo nos lo agradecen.
Son las fiestas, que con gran fuerza e ilusión el pueblo vive y celebra. Es la Asociación, Hermanos de la Virgen de los Dolores, que ha puesto todo su esfuerzo. Son las damas de Honor que acompañan a la Reina de las fiestas, vestidas con los trajes tipicos, los mimos que nuestras abuelas lucian en los dias de gala.
Son las ofrendas que se hace en los días de fiesta, con los productos de la tierra y que presentan, en las cestas revestidas, las Hermanas de la Asociación. Es el Alcalde y su corporación que asisten en los primeros bancos en la iglesia y presiden las procesiones. Es el Excmo. Ayuntamiento que hacee participe a todos en la comida de hermandad y en el refresco de los dos días. Primer día dedicado a la Vigen de los Dolores, segundo a Jesús Nazareno y tercero, en recuerdo en la misa a todos los difuntos y son las imagenes que son llevadas en andas en las procesiones y en la subasta de los banzos apuestan aquellos que durante el año han hecho sus promesas.
Las charangas despieretan por la mañana al ruido de las sonoras, trompetas y tambores, y las horas alegres van pasando hasta sentir de nuevo el pasacalles uniendose al redoble de las campanas que acompañan a las auoridades y Reina de las fiestas, hasta la puerta de la iglesia. Canciones y sermones y hasta alguna abanera completan los actos litúrgicos. Son los faroles, que la Asociación ha restaurado, para iluminar las calles y plazas de aquella oscura noche del domingo que hasta la Salve, en la plaza, se canta.
Aquella novena que llena el templo de feligreses, aquellas tardes en las que van llegando de la ciudades, los que un día se marcharon en busca de un provenir, ahora vuelven a ofrecer a la Virgen una flor acompañada de una oración y en muchas ocaciones, regadas con las lagrimas de aquel recuerdo lleno del pasado.
Son las mesas familiares las que llenan el comedor, con los guisos de las abuelas y con el buen vino en el porrón. Son los recuerdos que acompañan, a veces, girando la vista a las fotografías, sin palabras, pero eschando en el silencio aquellos consejos, aquellas miradas y aquellos gestos que tantas veces nos abrazaban. Seremos nosotros recordados cuando pasen los años. Seran nuestros nietos o biznietos que repetiran nuestras tradiciones, heredaran nuestra fe y seguiran celebrando las fiestas.
