Quisiera saludar al alcalde que siempre se ha ocupado sin descanso del bienestar de los/las jóvenes y de los/las niños de este pueblo acudiendo a sus casas para darles todo su cariño cuando sus padres se encontraban trabajando en el campo. Con qué afecto recibía a las amiguitas de su hija mayor cuando iban a buscarla a su casa y las sentaba en sus rodillas. Por no hablar de su generosidad durante años llevando en su coche a una de estas amiguitas para que acudise al instituto de Sepúlveda. Seguramente ... (ver texto completo)