LOS ALTOS DE AYLLÓN COMO MISTERIO EN EL VERANO DEL AÑO 1979.
Aquella noche del lunes, de primeras fechas del mes de agosto, del año 1979, sobre las tres de la madrugada, aquel automóvil, SEAT, 1430, con motor de gasolina, se disponía a cruzar los Altos de Ayllón, sin tener ningún miedo o temor, antes había parado en el pueblo de Riaza, en un mesón que daba a su carretera, ya que entonces no existía desviación, aquella noche que parecía relativamente sencilla, se fue poco a poco complicándose, al salir de Riaza, casi llegando al cementerio, una persona o cosa parecida, se le coloco en medio de la carretera, al tiempo de una curva peligrosa. Aquel ser medio hombre o media vaca, le pudo esquivar, no sin rozarle a su paso, cosa que no intento parar, al ser un lugar poco seguro. Y posiblemente en aquel momento mucho más misterioso, de lo que otras veces que por allí había pasado, y que jamás tuvo ningún encuentro, con animales o posibles seres extraviados. Al llegar a la localidad de Ayllón, tan solo en todo su recorrido pudo ver a dos personas mayores, charlando amigablemente al lado del río, o sea de la Puerta que da entrada a su Plaza Mayor. con las murallas de centinelas. Continuo su camino, y ya en las curvas de la salida hacía los Altos de Ayllón, comprobó como un tractor con remolque, posiblemente el conductor dando síntomas de sueño, iba de un lado de la carretera al otro lado, sin poder hacerse con dicho tractor y remolque, que posiblemente iría cargado de cereales trigo, en esa época, ya que las cosechadoras estaban trabajando en dicho campo, hasta que la temperatura bajaba de 20, grados. El conductor del automóvil, puso sus luces largas, y haciendo señales de ráfagas, parece que dicho tractorista notó el peligro que iba provocando, y se colocó en su derecha, para continuar el automóvil dicho camino. Los nervios del conductor, empezaban a estar alterados, y al empezar a subir las rampas de los Altos de Ayllón, empezó a sentir un calor sofocante, y unas ganas de dormir excitantes, trato de abrir todas las ventanillas del coche, pero aunque parecía que en esas horas el frío allí bajaba bastante, dentro del coche, era como si respirara fuego, sus ojos se cerraban y apenas podía seguir el camino mirando, ya que el asfalto relucía con mucha intensidad, y en un momento sin darse cuenta, se debió de quedar dormido plenamente, aunque su coche continuo camino, sin salirse de la carretera, y recorrer más de 30, kilómetros, ya que hasta cerca del Burgo de Osma, no despertó de aquel viaje tan raro. Y al volver a notar el volante que seguía el camino que el coche tenía que seguir en su recorrido para no volcar, se dio cuenta de que algo raro le estaba pasando, no sabía cómo ni por qué, pero había cruzado tres poblaciones sin enterarse, Peñalba de San Esteban, Aldea de San Esteban, con una curva en forma de ele, y el Puente del Romancero del Cid, con todo San Esteban de Gormaz. Era demasiado para poder sentirse seguro, paro antes de llegar al Burgo de Osma, se bajó del automóvil en plena noche, sin ver nada raro a su alrededor, se fijó con su linterna de pilas, en donde raspo aquel ser en Riaza, y se dio cuenta de que no tenía ni un simple rozón. Todo aquello le parecía tan raro, que su final de viaje, para llegar hasta Soria ciudad junto al río Duero, le tenía atormentado y casi con ganas de quererse volver de nuevo a su localidad de San Sebastián de Los Reyes. Donde inicio viaje de madrugada, para llegar sin prisa hasta Soria. Así y todo continuo su carretera adelante, sin tener más incidencias, incluso subiendo el Puerto del Temeroso, donde no encontró ningún problema… G X Cantalapiedra.
Aquella noche del lunes, de primeras fechas del mes de agosto, del año 1979, sobre las tres de la madrugada, aquel automóvil, SEAT, 1430, con motor de gasolina, se disponía a cruzar los Altos de Ayllón, sin tener ningún miedo o temor, antes había parado en el pueblo de Riaza, en un mesón que daba a su carretera, ya que entonces no existía desviación, aquella noche que parecía relativamente sencilla, se fue poco a poco complicándose, al salir de Riaza, casi llegando al cementerio, una persona o cosa parecida, se le coloco en medio de la carretera, al tiempo de una curva peligrosa. Aquel ser medio hombre o media vaca, le pudo esquivar, no sin rozarle a su paso, cosa que no intento parar, al ser un lugar poco seguro. Y posiblemente en aquel momento mucho más misterioso, de lo que otras veces que por allí había pasado, y que jamás tuvo ningún encuentro, con animales o posibles seres extraviados. Al llegar a la localidad de Ayllón, tan solo en todo su recorrido pudo ver a dos personas mayores, charlando amigablemente al lado del río, o sea de la Puerta que da entrada a su Plaza Mayor. con las murallas de centinelas. Continuo su camino, y ya en las curvas de la salida hacía los Altos de Ayllón, comprobó como un tractor con remolque, posiblemente el conductor dando síntomas de sueño, iba de un lado de la carretera al otro lado, sin poder hacerse con dicho tractor y remolque, que posiblemente iría cargado de cereales trigo, en esa época, ya que las cosechadoras estaban trabajando en dicho campo, hasta que la temperatura bajaba de 20, grados. El conductor del automóvil, puso sus luces largas, y haciendo señales de ráfagas, parece que dicho tractorista notó el peligro que iba provocando, y se colocó en su derecha, para continuar el automóvil dicho camino. Los nervios del conductor, empezaban a estar alterados, y al empezar a subir las rampas de los Altos de Ayllón, empezó a sentir un calor sofocante, y unas ganas de dormir excitantes, trato de abrir todas las ventanillas del coche, pero aunque parecía que en esas horas el frío allí bajaba bastante, dentro del coche, era como si respirara fuego, sus ojos se cerraban y apenas podía seguir el camino mirando, ya que el asfalto relucía con mucha intensidad, y en un momento sin darse cuenta, se debió de quedar dormido plenamente, aunque su coche continuo camino, sin salirse de la carretera, y recorrer más de 30, kilómetros, ya que hasta cerca del Burgo de Osma, no despertó de aquel viaje tan raro. Y al volver a notar el volante que seguía el camino que el coche tenía que seguir en su recorrido para no volcar, se dio cuenta de que algo raro le estaba pasando, no sabía cómo ni por qué, pero había cruzado tres poblaciones sin enterarse, Peñalba de San Esteban, Aldea de San Esteban, con una curva en forma de ele, y el Puente del Romancero del Cid, con todo San Esteban de Gormaz. Era demasiado para poder sentirse seguro, paro antes de llegar al Burgo de Osma, se bajó del automóvil en plena noche, sin ver nada raro a su alrededor, se fijó con su linterna de pilas, en donde raspo aquel ser en Riaza, y se dio cuenta de que no tenía ni un simple rozón. Todo aquello le parecía tan raro, que su final de viaje, para llegar hasta Soria ciudad junto al río Duero, le tenía atormentado y casi con ganas de quererse volver de nuevo a su localidad de San Sebastián de Los Reyes. Donde inicio viaje de madrugada, para llegar sin prisa hasta Soria. Así y todo continuo su carretera adelante, sin tener más incidencias, incluso subiendo el Puerto del Temeroso, donde no encontró ningún problema… G X Cantalapiedra.