Rebaja tu factura AQUÍ

AYLLON: SE LE VINO A LA MEMORIA...

SE LE VINO A LA MEMORIA
Una noche de tormenta, del asfixiante verano, aquel hombre tan curtido le sudaron las dos manos. Iba alegre viajando por las tierras segovianas, luego noto ver temblando los cristales de ventanas. Eran Los Altos de Ayllón, la noche daba visiones, el asfalto sin razón dejaba sus conclusiones. Aquellos llanos perdidos como si fuera un desierto, miras al ver trascurridos sonidos que llegan muertos. El páramo solitario a las tres de la mañana, parece ser un calvario al ver la noche tan vana. Mirando al retrovisor ve una cosa que era rara, era un terrible invasor en la noche poco clara. Acelerando su coche al sentirse solitario, siente el motor que se para muy cerca de algún barranco. Quiere lanzarse del coche, el miedo le deja atado, no puede hacer un reproche al ver su coche volando. El terror le deja roto, no sabe que le ha pasado, allí no existe ni un coto que el pueda verse salvado. Su coche vuela sin prisa, ve los campos solitarios, de vez en cuando la brisa le refrescara los brazos. Las ventanillas abiertas, que campo más solitario, es la provincia de Soria donde retorna el calvario. Que noche más tormentosa, que calor desaforado, en esa noche horrorosa ve el presente dislocado. Sin saber por dónde vuela, con el motor apagado, nada al hombre le consuela, el temor le va marcando. Quiere preguntar sin habla, que le puede estar pasando, en su soledad entabla el misterio de ir volando. Volar Los Altos de Ayllón una noche de verano, y ver perder la razón y sentirte pobre humano. Pasados veinte minutos el coche ya aterrizado, no sabe dónde camina ni que destino ha llevado. Dormido sobre su coche en un rastrojo ha quedado, a nadie le hace reproche, no recuerda lo pasado. Le hablaron hace algún tiempo que allí sobran los milagros, y se refresco en el viento a la vez de echar un trago. Mira despacio hacia arriba, Los Altos de Ayllón volados, el viento deja que escriba sus vuelos desconsolados. Los misterios siguen vivos, los encuentros marginados, no valen los adjetivos de senderos descuidados. G X Cantalapiedra.