PATRON DE BALISA
Estas por doquier, San Sebastián.
Te contemplé en Palencia,
te vi en madera. Gregorio Fenández,
dicen que fue el que te dio forma.
También el Grego, te plasmó en pintura
en la misma catedral.
En Medina de Rioseco, Juan de Juni,
en barro cocido.
¿Por qué todos los grandes artistas
se han interesado en reproducir
tu cuerpo asaeteado, ensangrentado,
dolorido y maniatado?.
Da igual el material con que nos muestran
tu recuerdo, en cualquiera de ellos
se resalta la crueldad y sinrazón
de tu martirio.
Un cuerpo que sangra y grita,
que arroja luz y sombra,
la dicotomía del hombre,
nuestro entorno cercano:
amor, desamor, odio, pasión.
caminar por la historia,
al vivir el día a día,
o esa vida desigual para todos,
el mundo de las dos caras,
buscar lo que nos falta,
no valorar lo que tenemos.
Comprensión e incomprensión
en la misma persona, incluso;
paz y violencia a la vez.
En Balisa, no sé el artista
que movió el buril, gubia, escoplo, etc.,
porque estás impresionante,
el escultor fue sensible,
supo dar al arte un torso que estremece,
la morbidez de los miembros,
aunque de madera, parece carne,
ahí surgió la inspiración, el arte.
La mirada al frente
llena de ternura, sugerente
recordando el dolor de las heridas
con las respuestas de ese vía crucis.
¡Qué dolor ¡.
Dolor que nos sugiere preguntas,
a veces sin respuesta
entre palabras dolientes,
incluso algunas sangrientas
y tantos “por qués”.
hasta darnos cuenta que somos
risa, llanto, vida, sufrimiento,
muerte.
Estas por doquier, San Sebastián.
Te contemplé en Palencia,
te vi en madera. Gregorio Fenández,
dicen que fue el que te dio forma.
También el Grego, te plasmó en pintura
en la misma catedral.
En Medina de Rioseco, Juan de Juni,
en barro cocido.
¿Por qué todos los grandes artistas
se han interesado en reproducir
tu cuerpo asaeteado, ensangrentado,
dolorido y maniatado?.
Da igual el material con que nos muestran
tu recuerdo, en cualquiera de ellos
se resalta la crueldad y sinrazón
de tu martirio.
Un cuerpo que sangra y grita,
que arroja luz y sombra,
la dicotomía del hombre,
nuestro entorno cercano:
amor, desamor, odio, pasión.
caminar por la historia,
al vivir el día a día,
o esa vida desigual para todos,
el mundo de las dos caras,
buscar lo que nos falta,
no valorar lo que tenemos.
Comprensión e incomprensión
en la misma persona, incluso;
paz y violencia a la vez.
En Balisa, no sé el artista
que movió el buril, gubia, escoplo, etc.,
porque estás impresionante,
el escultor fue sensible,
supo dar al arte un torso que estremece,
la morbidez de los miembros,
aunque de madera, parece carne,
ahí surgió la inspiración, el arte.
La mirada al frente
llena de ternura, sugerente
recordando el dolor de las heridas
con las respuestas de ese vía crucis.
¡Qué dolor ¡.
Dolor que nos sugiere preguntas,
a veces sin respuesta
entre palabras dolientes,
incluso algunas sangrientas
y tantos “por qués”.
hasta darnos cuenta que somos
risa, llanto, vida, sufrimiento,
muerte.