ERMITA DEL OTERO
Volver anhelábamos
si bien el destino sigue su curso
y en él derramamos
nuestro mejor discurso
escrito a la vida en su concurso.
Y un temblor de piel
por todo el cuerpo, de algo sublime,
surge a todo fiel,
a poco que estime,
un templo en la cima y a María mire,
Volver anhelábamos
si bien el destino sigue su curso
y en él derramamos
nuestro mejor discurso
escrito a la vida en su concurso.
Y un temblor de piel
por todo el cuerpo, de algo sublime,
surge a todo fiel,
a poco que estime,
un templo en la cima y a María mire,