Ocurre el milagro a principios de junio de 1928, cuando la poetisa madrileña Pilar de Valderrama, de 39 años, llega a
Segovia con una tarjeta de presentación para Machado, facilitada por la hermana del actor Ricardo Calvo, María, muy
amiga suya y profesora particular de sus hijos.
Valderrama es ferviente admiradora de la poesía de Machado. "Le leía con tanta frecuencia", recuerda en su autobiografía Sí, soy Guiomar (1981), "que yo que nunca tuve en la memoria ni los versos míos, me sabía los suyos
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