El encuentro se produjo en Segovia, a donde ella acudió para saber qué hacer con su vida después de que su marido, Rafael Martínez-Romarate, le confesara que había tenido una amante durante dos años. Ella reaccionó con despecho hacia su marido, pasando del amor al odio. La ciudad del acueducto, cuya estación de tren hoy lleva su nombre, le cambió la vida. Allí conoció a Machado y allí se enamoró. A partir de ese momento, como decía el poeta: "En el amor, la locura es lo sensato".
Machado y Guiomar
Machado y Guiomar