El gol más importante de su vida. La española Olga Carmona (Sevilla, 2000) asumió con responsabilidad la capitanía y reivindicó con descaro de nuevo su talento en la final de la Copa del Mundo con un golazo ante Inglaterra en el minuto 29 para llevar a España a la gloria y conseguir su primer Mundial.
Su tanto en las semifinales ante Suecia en el minuto 89 que mandó a España a su primera final pareció no ser suficiente para la sevillana, de 23 años, del barrio hispalense de Sevilla Este y que, sin miedo, fue protagonista de nuevo en la finalísima.
El espejismo del gol de Andrés Iniesta del 11 de julio de 2010 en Johannesburgo llegó en el Estadio de Australia de Sídney y salió de las botas de Olga Carmona, con el que el grito "Iniesta de mi vida", con el que el exseleccionador José Antonio Camacho festejó aquel tanto en su momento, cambió de sujeto y volvió a levantar a los españoles.
La reina de España, que viajó a Sídney para ver la final se fundió en un enorme abrazo durante la entrega de premios con la sevillana que representó el sentimiento de todos los españoles.
Carmona ha formado parte del once inicial de Jorge Vilda en cinco de los siete partidos de la Copa del Mundo. La andaluza solo empezó desde el banquillo ante Suiza y Países Bajos, y en semifinales ante Suecia volvió a la titularidad, y se ha ido ganando el puesto duelo tras duelo.
Con 23 años, Carmona, a quien le corre el fútbol por las venas con dos hermanos que también son futbolistas, es la cuarta capitana de la selección española por detrás de Ivana Andrés, Esther González e Irene Guerrero en su primer Mundial y es campeona del Europa sub19 en 2018 con la selección nacional y ahora es campeona del mundo con la absoluta.
Su tanto en las semifinales ante Suecia en el minuto 89 que mandó a España a su primera final pareció no ser suficiente para la sevillana, de 23 años, del barrio hispalense de Sevilla Este y que, sin miedo, fue protagonista de nuevo en la finalísima.
El espejismo del gol de Andrés Iniesta del 11 de julio de 2010 en Johannesburgo llegó en el Estadio de Australia de Sídney y salió de las botas de Olga Carmona, con el que el grito "Iniesta de mi vida", con el que el exseleccionador José Antonio Camacho festejó aquel tanto en su momento, cambió de sujeto y volvió a levantar a los españoles.
La reina de España, que viajó a Sídney para ver la final se fundió en un enorme abrazo durante la entrega de premios con la sevillana que representó el sentimiento de todos los españoles.
Carmona ha formado parte del once inicial de Jorge Vilda en cinco de los siete partidos de la Copa del Mundo. La andaluza solo empezó desde el banquillo ante Suiza y Países Bajos, y en semifinales ante Suecia volvió a la titularidad, y se ha ido ganando el puesto duelo tras duelo.
Con 23 años, Carmona, a quien le corre el fútbol por las venas con dos hermanos que también son futbolistas, es la cuarta capitana de la selección española por detrás de Ivana Andrés, Esther González e Irene Guerrero en su primer Mundial y es campeona del Europa sub19 en 2018 con la selección nacional y ahora es campeona del mundo con la absoluta.