Aunque algunos restos arqueológicos podrían remitir el origen de este
edificio a época
romana (entre ellos estaría lo que puede suponerse parte de un caldarium), la fisonomía del
Torreón de Lozoya se configura entre los siglos XV y XVI, en dos momentos bien distintos que se corresponden estilísticamente con el
Gótico final –impregnado de influencia mudéjar- y el Renacimiento.