Hace cuarenta años su situación era parecida. Con unos doscientos habitantes en cada pueblo, Castillejo de Mesleón y su pedanía de Soto de Sepúlveda marchaban con una evolución parecida, pero el paso de los años ha hecho mella de manera diferente en cada uno de ellos. Más alejado de la carretera no-y, Soto de Sepúlveda sabe muy bien lo que significa la palabra despoblación. Eran familias muy numerosas, «todas con diez u once hijos», a los que la emigración se llevó y ahora apenas quince personas viven allí.
Aunque su censo también ha descendido, el discurrir de Castillejo de Mesleón marcha por otros derroteros y ahora, gracias también en parte a los extranjeros, mantiene el padrón en torno a los 160 habitantes.
Aunque su censo también ha descendido, el discurrir de Castillejo de Mesleón marcha por otros derroteros y ahora, gracias también en parte a los extranjeros, mantiene el padrón en torno a los 160 habitantes.