Los verracos,
esculturas zoomorfas realizadas en granito y características principalmente del
pueblo vettón, serían utilizados como hitos del territorio y reflejan la importancia de los movimientos ganaderos en esta zona. Tres son los que se conservan en la villa; uno dentro del recinto del
castillo, junto a la cara sur de la
muralla que penetra por él, y dos en el entorno de la
Puerta de la Villa.
Realizándose numerosas intervenciones arqueológicas por toda la geografía española, se han hallado gran cantidad de figuras zoomorfas. Al mencionarlas siempre nos vienen a la cabeza los famosos
Toros de Guisando, quizás las más conocidas, aunque estas de
Coca son de un tamaño muy inferior.
Únicamente existen tres, dos de ellas las podéis observar al pie de la muralla junto a la puerta de la villa sobre dos pedestales, la tercera figura se encuentra incrustada en la parte interior de la barrera perimetral del castillo, justo al lado del cubo de la muralla, que a su vez se encuentra engarzada a la fortaleza. Las figuras zoomorfas (pueden representar verracos u otro tipo de animales del orden de los rumiantes) están labradas en granito, su tipología arcaica es muy común en la cultura vetona, aunque el origen de estas es desconocido.
La función que poseían no queda muy clara, pues bien podían servir para delimitar las áreas de pastoreo de la zona o cumplían una función mágico-religiosa: La supuesta protección y reproducción de los
ganados.