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CASTILLO foso, COCA

Fue construido en el año 1453 por el ilustre obispo de Ávila, don Alonso de Fonseca, bajo la dirección del arquitecto Alí Caro. A su muerte la obra fue continuada por su hermano. En el año 1462, en la población de Coca funcionaba una ceca de emisión de moneda castellana y portuguesa que servía para pagar la mano de obra que intervino en la construcción de la fortaleza.

Estuvo a punto de ser demolido por los comuneros como venganza del incendio de Medina del Campo ordenado por el obispo Fonseca. El conjunto está formado por dos recintos, uno exterior con función defensiva, y otro interior con torres en las esquinas.

Se accede al castillo a través de una puerta defendida por dos gigantescos cubos de ladrillo. El almenado es doble y está completo. La barrera posee hermosas torres que le dan aspecto de fortaleza.

El castillo de Coca es una de las fortalezas más espectaculares de España. Este castillo militar de estilo gótico-mudéjar está considerado el prototipo de castillo señorial castellano del siglo XV. Se asienta en una zona llana que busca su altura y defensa por medio de un ancho y profundo foso de 560 metros de perímetro, que se salva por un puente fijo. Es el mejor foso de Castilla.

La torre del homenaje es de planta cuadrada y conserva todos los pisos que tuvo. Destacan la bóveda de ladrillo de la primera planta y las almenas de ladrillo de la azotea. También conserva las escaleras de acceso de caracol con altos peldaños de ladrillo. Su altura es impresionante y se conserva como en el siglo XV. Las dependencias se disponen en torno a un patio de armas, que fue antaño de una suntuosidad verdaderamente regia, constituido por una doble galería de columnas de mármol de orden corintio, y con los pisos y paredes cubiertos de azulejos y yeserías.

Este patio fue brutalmente deshecho en 1828 por Faustino Ruíz, Administrador de la Casa Dulcal de Alba que, al objeto de aprovechar el valor de aquella magnífica columnata la echó a tierra, vendiendo cada columna a 40 pesetas. Actualmente este patio está reconstruido y tiene dos plantas con galerías. En la parte baja los arcos descansan sobre pilastras de ladrillo con basas de piedra. En el castillo hay una mazmorra con un único agujero en el techo, para evitar que los presos escaparan.

Es un castillo militar de estilo gótico-mudéjar realizado en tapial y recubierto con ladrillo de color rosa, material empleado por los alarifes musulmanes. El conjunto está adornado con una rica decoración hispano-árabe, destacando las combinaciones de ladrillos, lacerías y temas geométricos, cuyos restos todavía pueden observarse.

Se encuentra en buen estado de conservación. Ha sido restaurado por la Consejería de Agricultura y Ganadería, que lo convirtió en la Escuela Hogar de Capataces Forestales. También se destina a uso turístico. Es propiedad de los Duques de Alba, pero en la segunda mitad de los años 50 lo cedieron al Ministerio de Agricultura, no sin algunas condiciones, como por ejemplo su restauración y la ubicación de la Escuela Hogar de Capataces Forestales. (1)

En el año 1453, don Alonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla, recibió el permiso del rey don Juan II de Castilla, para la construcción de este castillo. En el año 1473 se llevó a cabo su ejecución por el maestro alarife Alí Caro, a instancias del tercer señor de Coca Don Alonso de Fonseca, sobrino del Arzobispo. Comenzando así mismo la construcción del cuerpo central de la fortificación de planta cuadrangular y patio de estilo mudéjar, flanqueada por la Torre del Homenaje.

De los Fonseca el castillo pasó a la Casa de Alba, y en 1928 la Dirección General de Bellas Artes lo declaró Monumento Histórico Nacional, formando parte también del Tesoro Artístico Español. En 1954 pasó al Ministerio de Agricultura, cedido por los propietarios, para que se instalara en ese lugar una Escuela de Capacitación Forestal que sigue funcionando en la actualidad, siendo muy demandada por los alumnos de toda España.

El castillo de Coca es considerado como una de las más hermosas muestras del arte gótico-mudéjar español. Su construcción asombra y enamora a quienes lo ven por primera vez, pues expresa en cada una de sus formas realizadas con el ladrillo, un conjunto arquitectónico original e imaginativo como pocos. Destaca la belleza singular de sus salas, en las cuales se ven representados hermosos motivos geométricos mudéjares realizados con estucos y pinturas, aportándonos así mismo un legado único e irrepetible. Otra particularidad radica en no haber sido construido sobre un cerro como suele suceder con fortalezas de este tipo, su sistema defensivo aprovecha los escarpes del terreno, el cual sirve de asiento a este castillo, que se alza sobre un ancho y profundo foso. Una romántica historia de amor fue protagonizada por el marqués de Cenete, hijo del gran cardenal Mendoza, éste terminó escaldado por las brasas lanzadas desde las almenas, cuando pretendía a una dama de los Fonseca.