Pues se trata de una casa solariega de la familia Daza-Herrera, situada en popular calle de San Pedro, que fue restaurada, con acierto por parte del propietario, hace unos años.
Ambas familias fueron de gran importancia en la política municipal, así como en otros aspectos de la historia.
Por parte de los Daza, hay que decir que ocuparon cargos de regidores, alcaldes y mayordomos por el estado noble de la villa, y el miembro mas destacado de esta familia fue Don Agustín Daza y Vázquez, Deán de la Santa Iglesia de Segovia, fundador del primer Monte de Piedad de la provincia de Segovia, con sede en Cuéllar, para sufragio de los labradores. Fundó además varias obras pías, así como una capilla en la iglesia conventual de San Francisco, donde yace sepultado, situándose la suya en la parte rehabilitada actualmente como Centro de Interpretación de los Encierros.
Los Herrera, de mayor antiguedad en Cuéllar que los Daza, sirvieron en los oficios de república por parte del estado noble, y además siempre estuvieron al servicio de los Duques de Alburquerque, siendo uno de sus miembros más notables, don Antonio de Herrera y Tordesillas, Cronista Mayor de Felipe II y III, y de Indias, así como otro caballero que fue capellán del Emperador Carlos V.
Ambas familias fueron de gran importancia en la política municipal, así como en otros aspectos de la historia.
Por parte de los Daza, hay que decir que ocuparon cargos de regidores, alcaldes y mayordomos por el estado noble de la villa, y el miembro mas destacado de esta familia fue Don Agustín Daza y Vázquez, Deán de la Santa Iglesia de Segovia, fundador del primer Monte de Piedad de la provincia de Segovia, con sede en Cuéllar, para sufragio de los labradores. Fundó además varias obras pías, así como una capilla en la iglesia conventual de San Francisco, donde yace sepultado, situándose la suya en la parte rehabilitada actualmente como Centro de Interpretación de los Encierros.
Los Herrera, de mayor antiguedad en Cuéllar que los Daza, sirvieron en los oficios de república por parte del estado noble, y además siempre estuvieron al servicio de los Duques de Alburquerque, siendo uno de sus miembros más notables, don Antonio de Herrera y Tordesillas, Cronista Mayor de Felipe II y III, y de Indias, así como otro caballero que fue capellán del Emperador Carlos V.