Castillo de los duques de Alburquerque ya aparece documentado en 1306. En 1433 el Castillo de Cuéllar fue cedido por el monarca Juan II al Condestable Álvaro de Luna, quien durante las dos etapas de las que fue su señor (1433-1439 y 1444-1453), iniciaría una serie de obras consistentes en, aprovechando dos lienzos subsistentes de la primitiva muralla, y de la mano del reputado arquitecto Juan Guas, cerrar la fortaleza por sus lados norte y este, además de erigir en la intersección de ambos una Torre del Homenaje.