Sí, es cierto que éste verano, al pasar por delante del cementerio daba la impresión de que nuestras ánimas estaban, ¿cómo decirlo? ¿ desprotegidas?. No se si es esa la expresión adecuada, pero lo cierto es que a la gran mayoría de la gente así se lo parecía por lo que tengo oído. Sin embargo conforme te ibas alejando en dirección hacia el molino y te dabas la vuelta a mí, personalmente, me gustaba ver las tumbas allí, libres, en sus tierras; aquellas en las que muchos nacieron, aquellas que otros tantos trabajaron con sus propias manos y aquellas que con el pasar del tiempo les vieron morir. Visto así, desde esa perspectiva, no da tanta impresión y si la da, es quizá hasta agradable pues los que allí están pertenecen más a la tierra de Donhierro que aquellos, que como nosotros, cuestionamos si es estético o no que el cementerio quede al decubierto, o que Deva o no estar en obras. Los antepasados nuestros, como bien habéis dicho descansan en la vida eterna y eso creedme es un símbolo que aunque tenga que ver con ello, queda un poco alejado de lo que constituye una construcción funeraria, ( Pues no creo que la vida eterna se reduzca a estar encerrado dentro de un cementerio con cuatro tapias) pero al fin y al cabo una construcción, que para realizarse necesita por fuerzas que el cementerio esté en obras. Las tumbas no nacen de la tierra hay que hacerlas y cuando hay muchas hay que ampliar el cementerio. En Estados Unidos hay grandes parques llenos de césped con pequeños monumentos conmemorativos y no tiene tapias. Están ahí, expuestos con una pequeña cerca, pero forman parte de la misma naturaleza, del paisaje...es hasta más entrañable, según lo veo yo, pero ésta es sólo mi opinión.