¡Hay Señor que maravilla!
Qué gozo, qué buen detalle,
el transformar esta calle
en un patio de Sevilla.
Con sus macetas de flores
en las ventanas colgando
con el cura canturreando
al Amor de los Amores.
Un viento de Tolocirio
se lanza como un puñal
apagando algunos cirios.
Mientras tanto el personal
mirando está con delirio
la Hostia Sacramental.
Qué gozo, qué buen detalle,
el transformar esta calle
en un patio de Sevilla.
Con sus macetas de flores
en las ventanas colgando
con el cura canturreando
al Amor de los Amores.
Un viento de Tolocirio
se lanza como un puñal
apagando algunos cirios.
Mientras tanto el personal
mirando está con delirio
la Hostia Sacramental.