Antaño, en las fiestas del pueblo, las casas aparecían enramadas con grandes ramas cortadas por los jóvenes del lugar a modo de poda durante la noche. Solían ser de los chopos del municipio en el "praconcejo". Así, los mozos, demostraban sus pretensiones hacia las chicas que vivía en una casa o en otra. Generalmente, la moza más hermosa era la que más ramas tenía en la puerta y la ventana. Pero como en tantos pueblos de zona, ya pocas mozas se quedan a vivir en el pueblo. Por eso de esta tradición ... (ver texto completo)