La aclaración conquense ha resultado ser de gran utilidad, para dar con el nombre exacto de la cadena de hierro, que pendía en el cañón de las antiguas chimeneas. Ha sido como la buena estrella que desde el firmamento de Alconchel, se ha desplazado hasta Estebanvela. Alguna conexión, alguna coyunda, alguna relación habrá, digo yo, para que la luz proceda de aquél lugar y llegue a este otro. ¿Fue la casualidad o causalidad? En cualquier caso, bienvenida la puntualización, la información para la verdad de las cosas. Y puesto que la persona en cuestión, capta y percibe la belleza de los distintos relatos, sea el buen gusto compartido. Si la conversación más enriquece a nuestro entendimiento, propiciando la socialización de unos y otros, hablemos y leamos lo que sea. O sea.