Mira, tío o tía, dicho sea en el mejor sentido y con el mayor respeto, has de saber que tengo veinte años y unos meses. Y las nuevas tecnologías ahí están para bien y buen uso de todos sin distinción de edad y sexo, siempre que tengan posibles como suelen expresar por nuestra tierra. ¿De manera que no sabes cuando cae el Jueves Lardero o del Tocino, y tienes la osadía de convocar a una “merendola virtual”? ¡Un poco de “porfavor”! Y sigo la bola para decir que el que no sabe adonde ir, ningún viento le es favorable aunque le de proa. No respondo en gacería, que es una lengua propia de la provincia de Segovia, íbera como el vasco (una de las que 150 más o menos que había en la Península Ibérica, según la tribu, cuando llegaron los romanos. Por cierto que este año he recibido una postal de Navidad desde un pueblo de la Provincia escrita en ese idioma) no contesto, digo, en gacería, para que no me digas que escribo en adobes o “manzanazos” o cometo gazapos. Ah, otra cosa. El Jueves Lardero, este año 2006, cae justamente el jueves anterior al Miércoles de Ceniza. Es decir, el día 23 de febrero. Te diré que por nuestro pueblo se celebra desde la alta Edad Media. Ofrezco unos versos que a mediados del siglo XIII escribió el A. De Hita, Juan Ruiz creo que se llama, en el Libro del Buen Amor, apropósito de este día. “Acercándose viene un tiempo de Dios, santo; / fuime para mi tierra a descansar un cuanto, / de entonces a ocho días era la Cuaresma, tanto / que puso por el mundo gran miedo y espanto. Estando yo en la mesa con don Jueves Lardero”. Todo lo cual y mucho, mucho más que está en el citado libro, viene a indicar que era un día de exceso, en contraste con los días de Penitencia y ayuno que se avecinaban.