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ESTEBANVELA: Amable y precedente interlocutor de este foro: Me han...

Amable y precedente interlocutor de este foro: Me han llamado mucho la atención los nombres de los parajes que ofreces para seguir el itinerario hacia el Montón de Trigo. Ya se sabe que no es de trigo, pero tiene un parecido, sino de arenilla granulosa y arcilla, y está metido entre las encinas, al lado de la carretera aunque ha cierta altura del repecho de subida a la Matilla. ¿Son vestigios de alguna antigua excavación, o simplemente tiene que ver con la construcción de dicha carretera, o es algo geológico sin más? No lo sé.

Lo de lo los “pizarrines” es otro dato de precisión que me sorprende. Eso no lo puede saber más que uno del pueblo, y bien del pueblo. Yo también los he recogido de pequeño y los que vivían entonces en el la casa del molino lo saben muy bien, ya que a veces los bajaban a la escuela para escribir en las pizarra pues son de colores. No por casualidad, creo yo, están a los pies del al Cueva de la Peña. Para mayor abundamiento, sales luego con lo de la Cara del Diablo. No me acordaba del nombre y hasta que “he caído del burro” al recordármelo tú. Tengo una foto que lo avala y a lo mejor la meto aquí si me lo permiten. Pero aún hay más, porque resulta que he estado hace quince días sacando unas fotos de las rocas del entorno de la Cueva de la Peña y, mira por dónde, aparecen varias caras monstruosas semejantes la que fuera conocida, entre nosotros, desde tiempo inmemorial, como Cara de Diablo, que por cierto, se ha deteriorado algo y es preciso observarla a ciertas horas de día. Puede que también las inserte aquí si me vaga. ¿Y a qué viene todo este enredo que parece una tontería imaginativa, diréis? Pues viene por una razón muy elemental. Sucede que todo ese alrededor de la Cueva de la Peña, da una impronta de “lugar encantado” y sacro, situándolo miles años atrás, lo cual encaja perfectamente con la mentalidad animista de los primitivos asentamientos. Yo creo que todo esto lo debieran tener en cuanta los arqueólogos van a ir este mes de septiembre según me dijeron en Tiermes, si no lo hubieren tenido ya en consideración. A mi, personalmente, me impactó todo aquello, y por eso allí mismo me quedé un rato para recoger la emoción en dos sonetos, sin rima para ser más ligero, aunque con su acento métrico como manda la preceptiva literaria.

En cuanto a la Peña del Rayo de la que hablas, que está integrada en el conjunto, pero al otro lado de la carretera, ya sabes que fue recogida en los documentos antiguos con ese nombre, desde el siglo XVII, que yo sepa, dado que cayó sobre ella un rayo y la partió en dos. En el último asfaltado de la carretera la cortaron los dos picachos y cayeron dentro de la raja quintándola la gracia, pero buscando la seguridad, tal vez. En relación a lo de Vallejo Peral no puedo seguirte del todo, pero Pedro, el de Santibáñez que vive enfrente de la casa del Marcial, me contó algo de eso este verano, así que seguro que tienes razón. Un saludo de quien sabes o imaginas.