A ver quién prepara las morcillas. El caldero ya lo tenemos. La leña también. El arroz está en la mesa. La cebolla lista para picarla. La sangre recogida. Las especias con la dosis justa y precisa para que cojan el "punto", ese "toque" que sólo los y las muy artistas de la cocina logran. Y qué bien saben cuando salen bien.