Desde que abundan más los Atanasov, Chenikova, Ivanov, Olteanu y sus colegas hepos cambiado la
bandera por la de Polonia, Macedonia o la URSS.
Debe ser que se acercan las elecciones o algún fenómeno extraordinario como el de las
piedras floxas porque en un
pueblo de edad media 65 años parece increible que aumente la población de una forma tan espectacular en vísperas de las elecciones. Nacieron en
Navidad, pero ya pueden votar. No nacieron en un pesebre pero si sobreviven en la
estación del
tren ... (ver texto completo)