Las hechuras de alfarería se complican con el lento paso de los siglos, los materiales, las formas y la intención de cada vasija no es peor y deficiente, sino mejor y más efectiva. En estos trozos existe una decoración llamada de a peine o en acanaladuras. Podríamos con ellas pasar sin más la frontera del año 2.000 antes de nuestra era y adentrarnos en el proceloso a nivel mundial, II Milenio.