Se tienen noticias que ya en tiempos
romanos se jugaba con estos aparatos. Su utilidad es múltiple, se usaban para jugar a las diferentes formas de rayuela, líneas y formas dibujadas en el suelo, y al chito o tanga propiamente dicho, aunque se le podría adivinar usos más simples siempre relacionados con el
juego. De ellas aparecieron muchas en el lugar de El
Castillo y siempre dentro del contexto de estos tiempos
medievales.