SAN BARTOLOMé
(† siglo y)
El nombre de Bartolomé es un patronímico que significa "Hijo de Tholmai", derivado del arameo a través del griego. El nombre de Tholmai aparece en el Antiguo Testamento (Núm. 13, 23, y 2 Sam. 3, 3), y Josefo lo cita en la forma griega, Tholomaios (Antigüedades, XX, y, 1).
Se plantea la cuestión de saber si Bartolomé y Natanael son el mismo personaje. Esta identificación es muy posible, puesto que Bartolomé es un simple patronímico, como Barabbas o Barjona, que puede usarse solo, pero supone, naturalmente, un nombre propio.
Lo del pellejo al hombro y el cuchillo en la mano está relacionado con su martirio; lo del demonio encadenado se refiere al milagro que hizo el Santo aherrojando con cadenas al demonio que hablaba por boca del ídolo Astaroth, que engañaba a los cándidos habitantes de una de las ciudades que evangelizó.
El culto a San Bartolomé está sujeto a la crítica tanto como su propia vida. Las leyendas armenias y coptas aseguran que su cuerpo fue arrojado al mar. Teodoro el Lector y Procopio hablan de un traslado a Daras, en Mesopotamia. Gregorio de Tours dice que llegó milagrosamente a la isla de Lípari. De allí, por miedo a los sarracenos, fue transportado en 808 a Benevento, y más tarde, el año 1000, fue llevado a Roma por gestiones de Otón III, depositándolo en la iglesia de San Adalberto, en la isla Tiberina, que desde entonces se llamó de San Bartolomeo in ínsula, y llegó a ser título cardenalicio. Aunque no está claro si los beneventanos dieron las reliquias del apóstol o las de San Paulino de Nola.
(† siglo y)
El nombre de Bartolomé es un patronímico que significa "Hijo de Tholmai", derivado del arameo a través del griego. El nombre de Tholmai aparece en el Antiguo Testamento (Núm. 13, 23, y 2 Sam. 3, 3), y Josefo lo cita en la forma griega, Tholomaios (Antigüedades, XX, y, 1).
Se plantea la cuestión de saber si Bartolomé y Natanael son el mismo personaje. Esta identificación es muy posible, puesto que Bartolomé es un simple patronímico, como Barabbas o Barjona, que puede usarse solo, pero supone, naturalmente, un nombre propio.
Lo del pellejo al hombro y el cuchillo en la mano está relacionado con su martirio; lo del demonio encadenado se refiere al milagro que hizo el Santo aherrojando con cadenas al demonio que hablaba por boca del ídolo Astaroth, que engañaba a los cándidos habitantes de una de las ciudades que evangelizó.
El culto a San Bartolomé está sujeto a la crítica tanto como su propia vida. Las leyendas armenias y coptas aseguran que su cuerpo fue arrojado al mar. Teodoro el Lector y Procopio hablan de un traslado a Daras, en Mesopotamia. Gregorio de Tours dice que llegó milagrosamente a la isla de Lípari. De allí, por miedo a los sarracenos, fue transportado en 808 a Benevento, y más tarde, el año 1000, fue llevado a Roma por gestiones de Otón III, depositándolo en la iglesia de San Adalberto, en la isla Tiberina, que desde entonces se llamó de San Bartolomeo in ínsula, y llegó a ser título cardenalicio. Aunque no está claro si los beneventanos dieron las reliquias del apóstol o las de San Paulino de Nola.