La
puerta de la villa es el único acceso a
Pedraza, y por tanto es utilizada como entrada y como salida única del
pueblo. Sus orígenes se remontan al siglo xi, y fue reconstruida en el siglo xvi siendo señor de Pedraza Íñigo Fernández de Velasco, cuyo
escudo preside la entrada. Los portones son de madera de álamo negro y durante varios siglos eran cerrados durante la
noche impidiendo la entrada o salida de cualquier persona salvo emergencia; en tal caso era el carcelero el responsable de abrir la puerta.