El viejo.
Los años fueron pasando y con el paso del tiempo, uno mismo se da cuenta al rasurarse la barba, mirándose en el
espejo, que de pronto se ha hecho viejo, entonces dices bajito, ¡Que pronto ha pasado el tiempo! y los surcos se te marcan, en la cara, en las manos, en el cuerpo, y la mente se sosiega y en ella aparecen lejanos tiempos, tiempos de escasez, pero con gratos recuerdos, recuerdas cuando eras niño, las risas, las carreras, y los
juegos, y se te viene a la mente los parajes de aquel
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