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RAPARIEGOS: SENDERO DE SAN JULIAN....

SENDERO DE SAN JULIAN.
Una mañana de mayo, que yo me imagine a través del cristal de mi ventana, estando encerrado por la cuarentena, yo salí a pasear por ese camino que de siempre he oído nombrar por el sendero de San Julián, era una mañana tranquila y alegre porque se oían muchos pájaros cantar y con el fresco de la mañana se caminaba estupendamente, caminaba despacio mirando el entorno hasta que llegué hasta la cuesta de este sendero y, justo allí, en un montón de tierra que hay al lado del camino me senté y empecé a pasear la vista por toda la verde llanura que tenía enfrente, desde ese punto elevado veía esos prados que tienen por nombre La Arroyada y El Valle de Moraleja, al ver los prados, lo primero que empecé a recordar fue los domingos de los años cincuenta, cuando los labradores llevaban las mulas a pastar en esos prados, dejándolas todo el día con un cuidador para que se alimentaran, era costumbre en Rapariegos en esa época, contratar ese cuidador y lo hacían en el ayuntamiento, si había más de un interesado en cuidar los animales lo hacían a subasta y el que menos cobraba esa temporada se quedaba con el trabajo.
Justo en ese punto que estaba sentado, he leído en alguna ocasión que hubo un hospital y tiene que ser cierto porque, todavía hoy hay muchas piedras esparcidas por el terreno, no me imagine nunca que en ese punto tan solitario en una época lejana hubiera un hospital.
Seguí mirando hasta esa línea natural que hacen los pinares como horizonte y veía lejos, las ruinas del Torreón, esas ruinas que cuando éramos muchachos las visitábamos buscando nidos de cernícalo y si había crías, las cogíamos para criarlos en casa, cazábamos pájaros y ranas, dándoselo como alimento, había algunos muchachos que eran muy hábiles criando esta especie de ave, los alimentaban hasta que podían volar y luego ellos mismos se buscaban el alimento, recuerdo uno que tenía un muchacho mayor que nosotros del pueblo, este animal se hizo grande y siempre estaba volando sobre los tejados buscando comida, pero cuando el cuidador lo llamaba o silbaba, el listo animal volvía volando rápido y se le ponía encima de su sombrero. En aquellos años, los muchachos, teníamos poco respeto por la naturaleza, en eso hemos mejorado mucho y hoy tenemos un gran respeto por los animales, aparte del respeto que tenemos por los animales, lo que hacíamos antes, ahora está prohibido y muy castigado, este lugar es conocido como el Sotillo y un poco más adelante esta la Cava, una balsa natural o hecha por sacar tierra de ella los habitantes de esta zona que, como ya sabemos, hubo un poblado por los restos de las ruinas de este torreón. En esta balsa yo recuerdo cuando era niño, ver en algunas ocasiones a las mujeres en el buen tiempo, ir hasta allí en burros y lavar la ropa en ella.
Después de estar encerrado tantos días en casa, me parecía yo un privilegiado por poder soñar un rato y ver a través del cristal de mi ventana subconscientemente, esos prados, esos campos sembrados, que se extendían delante de mí por toda la llanura que a mí siempre me pareció espectacular, sobre todo en el mes de mayo, que a gusto estaba yo contemplado los verdes sembrados, pues es un espectáculo ver como se llenan de espigas en muy pocos días. Paseaba yo la vista una y otra vez por la extensa llanura hasta que me tropecé en el lado derecho con la alameda de Moralejilla, una alameda salvaje pues esta sin cuidar, pero a pesar de eso a mí me parece extraordinario tener esa alameda alegrando el paisaje y la calzada hacia Arévalo, los chavales de vez en cuando pasábamos por allí, para comer los frutos de un espino o amájuelo como aquí lo llamábamos que había junto a la balsa en el centro de esta alameda.
Un poco más arriba cerca de la pradera de La Arroyada, había una fuente muy antigua, tan antigua, que según nos comenta Cruz en un mensaje anterior es de la época de los Vetones o Vettones, esta fuente tenía y tiene otra pequeña balsa que los pastores y vaqueros, siempre la tenían limpia para que los animales pudieran beber en ella, la fuente sigue existiendo, pero es difícil de encontrar, pues las cañas y maleza que hay en el entorno están muy altas, esa fuente perteneció al pueblo de Moralejilla, hoy día está desaparecido. Cuando desapareció el pueblo de Moralejilla como todos ya sabemos, la imagen del Cristo, la ermita y la fuente, pasaron a Rapariegos.
Bueno por hoy termino de contar estas sencillas historias antiguas de Rapariegos y, os digo que, lo único que pretendo es haceros pasar un rato agradable y quitaros de la cabeza este maldito virus, os animo a que cuando miréis a través del cristal de vuestras ventanas, penséis en esas calles, esas plazas, esos paisajes tan extraordinarios que tiene Rapariegos, ahora con tanta agua estará el campo salvaje, cuanto daría yo por pasear por él los primeros días de mayo.
Saludos.