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Aspecto exterior de la fábrica, SAN ILDEFONSO O LA GRANJA

Real Fábrica de Cristales de La Granja: La Real Fábrica de Vidrios y Cristales de La Granja es una fábrica de vidrio fundada en el siglo XVIII en San Ildefonso, cerca de Segovia, España. Se encuentra a 11 km al sureste de Segovia por la carretera CL-601. Historia: La Real Fábrica se construyó con la llegada de la dinastía de los Borbones a España en 1727, siendo rey de España Felipe V. En este año Buenaventura Sit instala, financiado por la corona, un pequeño horno de vidrios planos para abastecer al Palacio de La Granja de ventanas y espejos. Sit era un oficial que había trabajado en la fábrica de vidrios finos de Nuevo Baztán, cerrada debido a las dificultades para aprovisionarse de combustible. En 1737 se consiguen mejoras en la fabricación mediante la técnica del colado, que permitía obtener vidrios mayores que 3,5 x 2 m. El edificio actual, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura industrial europea del siglo XVIII, fue encargado por Carlos IV a José Díaz Gamones, Maestro aparejador real, y edificado entre 1770 y 1784. Se ubicó en las afueras del Real Sitio, previniendo el temor a que pudiera originarse algún incendio después de haber sufrido el anterior uno en 1770, que había destruido una parte importante de las instalaciones (principalmente en madera) de la fábrica de vidrio plano.

El conjunto, al contrario que el anterior, en extramuros para evitar nuevos incendios, fue construido con mampostería de granito para los muros y ladrillos para las bóvedas, forma una gran edificación rectangular de, aproximadamente, 178 x 132 metros, con un gran patio central. Es un edificio neoclásico, que forma un conjunto unitario donde se mezclaban las distintas actividades de la fabricación del vidrio, y las viviendas de los artesanos.
Descripción:
La edificación principal, destinada en principio a la fabricación de vidrios planos, consta de nave central cubierta con bóveda de cañón y dos brazos a modo de crucero que cubre sus centros con cúpula sobre pechinas y bóvedas esquifadas en sus extremos. A ambos lados de la nave se sitúan las arcas de recocido separadas por gruesos muros a modo de contrafuertes. Por detrás discurre el pasillo de atizaderos, cubierto por bóveda de cañón, con respiraderos para la salida del humo. Por encima se sitúan los descansaderos, destinados al reposo de los trabajadores, y que recorren toda la nave, perforando los muros, que se convierten en arbotantes.
(18 de Septiembre de 2019)