Felipe V después de ver funcionar a esta
fuente, exclamó:
"Tres minutos me has divertido pero tres millones me has costado" (Tres millones de reales de vellón).
Se trata de la última fuente que se realizó pero es la más importante arquitectónicamente. La
hornacina central simula ser la
gruta, desde la cual el cazador Acteón en actitud de tocar la flauta travesera, contempla el baño de la diosa Diana y sus ninfas. Los escultores han eludido el drama del indiscreto cazador castigado por la diosa de la
caza y han figurado solamente la escena del baño de la diosa, que todavía no ha advertido la presencia inoportuna.
Diana convirtió al cazador Acteón en ciervo y bajo esta figura fue devorado en castigo por sus propios perros que no lo reconocieron. Los perros de caza de Diana aparecen tranquilamente descansando, mientras ésta es atendida por cinco ninfas que la lavan, la peinan y la secan, mientras otras, distribuidas por el estanque, juegan con perros y delfines que arrojan surtidores.