Los humilladeros se ponian a las salidas de los
pueblos, en su forma mas simple consistian en una
cruz. La gente se arrodillaba, rezaba y se encomendaba a Dios para que le protegiera en el
camino, ya que los salteadores era cosa comun, posteriormente se recubrieron y dieron lugar a ermitillas o templetes.
Aqui era donde se celebraba la
romeria de
San Isidro, patron de los agricultores que era la segunda
fiesta en importancia, tenia un sabor especial mas sencilla y mas familiar.