TAN REAL COMO LA VIDA MISMA
A unos ciento cincuenta metros, más o menos, de ésta preciosa
Iglesia. NACI,
Como era
costumbre entonces, en siete días, mis padres en ella me bautizaron,
Bendita sea el
agua, que los padrinos y el cura, sobre mi cabeza derramaron,
Que a pesar de tantos años, Nuestro Señor Jesús, sigue aún muy dentro de mí.
Por razones obvias, siendo muy niño, casi como obligado, me separaron de tí
Mudrian. Eran tiempos revueltos, nefastos y duros, todo el mundo iquivocado,
Y
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