He paseado por el camino rodeado de chopos que se ven al fondo hacia el rio Moros, al atadecer, sólo el ruido de mis pisadas y de las hojas de estos arboles moviendose con la brisa, sin ruido de pajaros porque algún que otro milano vigilaba mis movomientos, mi hijo de 4 años tambien lo hizo, si lo hubieramos hecho en otoño hubieramos podido entretenernos cogiendo de camino al río frutos del bosque.Le pedí a mi hijo que tratara de recordar siempre ese momento.