La pareja de golondrinas vuelve, todos los veranos a nuestra casa. Suss crias, con el amanecer, se posan en las cuerdas del tendedero esperando que sus padres les den de comer. En espera de las cebas se ejercitan, limpian su plumaje y....., que se le va a hacer, ensucian la terraza con sus deyecciones.
Ya estan acostumbradas a nuestra presencia y solamente
-como vemos en la fotografía- muestran inquitud ante la presencia de extraños, de los que, con buen criterio, no se fian: en ello, lamentable...