Tras la noche triste del sábado y la no menos penosa del domingo nuestro corazón se embarga de dudas y temores pues conocemos el vacilante estado de ánimo de nuestro hasta ahora luminaria y guía el simpar Javier Martín. Todos los que conocemos y admiramos su obra queremos transmitirle nuestro apoyo incondicional y sincero en estos momentos de necesidad y duda.
Fervientemente, un admirador.
Fervientemente, un admirador.