Se llama cigarrales a las
fincas señoriales de recreo situadas en la orilla sur del
río Tajo a su paso por la ciudad de
Toledo,
España, con una construcción principal destinada a vivienda de recreo, un
edificio secundario para los guardeses (cigarraleros) que cuidan de la
casa al ser segunda residencia y, lo más importante y característico, su amplio terreno de
campo, que está limitado a un mínimo de 7.000 m2, siendo lo común hasta mitad del siglo XX superficies en torno a los 20.000 m2.
El origen
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