Quien va a misa, aunque sea malo, al menos tiene un espacio físico y temporal para el arrepentimiento. Quien no va nunca, o es un engreído que cree que todo lo hace bien, o un pérfido que no se arrepiente del mal que hace. Si es simplemente porque no comparte la religión, tiene todos mis respetos, pero espero que se comporte de forma recíproca con los que somos cristianos.