Domingo de resurrección, que equivocada estas
fuente grande.esperas, tras el jaleo, encontrar los cubos con que de tí llenaban los cantaros, cantaros que caminaban hacia el
pueblo, en genuinas aguaeras de esparto a lomos de mulas o pollinos, tal vez montadas en un
carro. Alegre guardabas tus
aguas, paliabas la sed de tantos.Con esmero te cuidaban y te querian tanto que tú orgullosa y de
agua henchida, procurabas que cayera agua cantaro y aguaor, al pisar en la tierra en barro amasada y aprovechabas
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