Sin esparto en nuestra tierra. En otros tiempos, no muy lejanos, fue industria de primera. De tecnologia, las manos, que tejian a su manera, de destreza sobradas, la pleita y las lias de soguillas formadas. Fabricadas con paciencia. Con manos endurecidas, adornadas de preciosos callos que al vivir nacian todos los dias. Aguaeras, esteras, esportones, seras, valeos, lo que fuera, pues forma le dabas al esparto, para que tu familia comiera y se alargaban tanto las noches para terminar la tarea, que los días se hacian cortos, como el pan en la mesa.
Yo miro el monumento y veo un poco a mi madre, pero un mucho a mi abuela. Veo a mujeres titanes, nobles, orgullosas.Mujeres que lucharon con teson, contra todo, es su vida.Y fuerón complacientes esposas, de desconsiderados maridos. Y aunque con pantalones remendados, con mil remiendos bien zurcidos, siempre fuimos vestidos. Y aunque pleita trenzaran y soguilla cosieran, siempre o casi siempre comimos. Como no hacer un monumento y una vez construido, mirarlo aunque fuese de reojo y bajar la cabeza ante el monumento, a la pleitera, a la mujer romeraleña.Goyo.
Yo miro el monumento y veo un poco a mi madre, pero un mucho a mi abuela. Veo a mujeres titanes, nobles, orgullosas.Mujeres que lucharon con teson, contra todo, es su vida.Y fuerón complacientes esposas, de desconsiderados maridos. Y aunque con pantalones remendados, con mil remiendos bien zurcidos, siempre fuimos vestidos. Y aunque pleita trenzaran y soguilla cosieran, siempre o casi siempre comimos. Como no hacer un monumento y una vez construido, mirarlo aunque fuese de reojo y bajar la cabeza ante el monumento, a la pleitera, a la mujer romeraleña.Goyo.