No se moleste vuescencia, por lo empinado del camino y observe como la cuesta es menester de encantamiento pues por un lado está la estera, bien encajada en su puerta y por otro, colgada en lanzas, una bonita alambrada, que asusta a Rocinante, en el interior de su mirada, pues no creo que exista en el mundo lugar más inapropiado en el que poder instalarla.