Figura en
piedra de Miguel de Cervantes, esculpida por Juan de Ávalos, quien la donó al
pueblo de
Esquivias, a petición del ilustre biógrafo Don Luis Astrana Marín.
Según documentos existentes, el novelista llegó a este lugar a mediados de septiembre de 1584, y hasta la fecha de su fallecimiento, abril de 1616, estuvo estrechamente vinculado a este lugar.
Junto a su esposa, aquí descansó de sus aciagas aventuras anteriores, gozó de plácido sosiego y rodeado del afecto que le había sigo esquivo en tantos lugares.