GALVEZ: Pero Santiago, Santiago, ya veias las puertas del cielo...

Pero Santiago, Santiago, ya veias las puertas del cielo abiertas, con la posible fuga de gas (gracias al cielo que no era real), cachis la mar que mala suerte tuviste, si de verdad hubiera habido una fuga, que contento, ya habría tema para rato.