Se cree que data del siglo XI. Su construcción se atribuye al reinado de Alfonso VI, que recuperó la villa en 1085. Este monarca dispuso una fortificación de carácter defensivo, que además permitía la fiscalización y control de mercancías y personas. Con este objetivo rodeó la zona de una
muralla con cinco
puertas de acceso:
Puerta de
Madrid, Puerta de
Toledo, Puerta de Talavera, Puerta del Sol y Puerta de
Ugena, conservada esta última parcialmente y cuyo aspecto actual corresponde a la restauración llevada a cabo en 1995.