Lugar de antiquísima
historia y restos arqueológicos debido a las diversas culturas que han vivido en este situado en los
Montes de
Toledo.
En el siglo XIV, nació junto a Peña Aguilera una población llamada Las Ventillas, por estar junto a unas ventas que se encontraban al paso de la vieja calzada y la cañada ganadera. Es así como, en el siglo XV, se fundieron Las Ventas con la antiquísima Peña Aguilera, dando origen a
Las Ventas con Peña Aguilera con carta puebla otorgada por Juan II en 1423.
Esta población fue lugar de frecuentes encuentros de los cuadrilleros de las viejas Hermandades de Toledo, Talavera de la Reina y
Ciudad Real. De hecho, esta vieja Hermandad contó con una cárcel que aún se conserva cerca de la
plaza que lleva su nombre.
Es paraíso cinegético, donde el corzo y la perdiz, el ciervo y la liebre, así como el conejo, son especies que, desde siglos, campean por sus
campos y sierras. La población es, además, punto de partida para gran número de los cotos situados en Los Montes de Toledo. Las muchas jornadas de
caza en término, hicieron nacer la artística
artesanía altamente valorada de la taxidermia.
Son tradicionales las migas, judías con perdiz, plato de ciervo de mil formas preparado; conejo y liebre,
setas y espárragos, sopas y potajes, estofado de perdiz y asados de cabrito, cordero o cochinillo. De
postre, sopa de
almendra, mazapán artesanal y el exquisito “arroz con leche” que aquí resulta insuperable.
Artesanía e industria del cuero donde existen numerosas
tiendas donde elegir, que ofrecen variados productos de marroquinería y prendas con una calidad reconocida. En las relaciones topográficas de Felipe II en 1576 se dice que de las canteras de este
pueblo se sacaron las
piedras para la
Catedral y el Alcázar de Toledo y que aquí se hacían de granito las mejores piedras de
molino de toda
España y se realizaban en piedras negras losas de usos funerarios.