El antiguo Silo del Tío Zoquete ha sido convertido en un auténtico
museo etnográfico en los que se recrea la vida humilde de las
familias de antaño.
Se trata de una
casa excavada en el suelo, con una superficie de 147 metros, formada por varias dependencias encaladas, con excasos vanos, pero con todos los elementos necesarios para ofrecer una vida confortable: sala de distribución con el
pozo o aljibe,
comedor o sala de estar, varios dormitorios con camastros, cocina con
chimenea y despensa, y otras dependencias destinadas al aseo personal, todos ellos con su mobiliario y enseres propios