Antiguamente, los agricultores migueletes, pasaban muchas semanas, meses enteros, regando y labrando las
huertas, aprovechando el buen tiempo. Para ello, se construían unas
casas de
labranza, que se denominaban vulgarmente "cuartos", donde se pasaban los meses de "quintería". Ello suponía pasar lejos de su
casa durante una buena temporada. A menudo, toda la
familia iba de quintería, o al menos, cuando no se tenía familia, la mujer y el marido hacían la quintería, con idéntico sacrificio, cuando todavía no existía lo que hoy se llama ministerio de la igualdad. La igualdad se atribuía por razones de necesidad de
comer y subsistir.